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Luca de Meo: "Hemos tenido que aprender cómo hacen los coches los chinos»

El CEO de Renault y presidente de la patronal Acea pide a la UE que retrase los objetivos de CO2 que plantea para 2025, una demanda que su homólogo en Stellantis, Carlos Tavares, rechaza.

De Meo junto al presidente francés, Emmanuel Macron, durante la visita de este último al reciente Salón de París
De Meo junto al presidente francés, Emmanuel Macron, durante la visita de este último al reciente Salón de ParísLUDOVIC MARIN / POOLEFE
Actualizado

Tanto Luca de Meo, CEO de Renault y ahora también presidente de la patronal Acea, como Carlos Tavares, su homólogo en Stellantis [hasta finales de 2025], son dos ejecutivos de altísimo nivel en la industria mundial del automóvil que también comparten una virtud: decir las cosas muy claras y sin rodeos. Como demostraron en la jornada de prensa del Salón de París, en dos encuentros a los que pudo asistir EL MUNDO. Aunque con visiones contrapuestas en algunos aspectos.

Así, De Meo no mostró ningún empacho en admitir que han tenido que «aprender cómo hacen los coches los chinos» para reducir de cuatro o cinco años a solo dos el tiempo de desarrollo de nuevos modelos como el futuro Twingo; y para poder aguantar el máximo tiempo posible con el proyecto abierto «para introducir mejoras en el último momento, por ejemplo, con la química de las baterías».

cuatro factores

Según el directivo, cuatro son lo pilares en los que se apoyan los chinos: el empleo de piezas ya existentes, la adaptación de las mismas a los desarrollos de nuevos coches; que los distintos departamentos trabajan en paralelo y un empleo extremo, "sujeto a errores también" de las herramientas digitales

Según el CEO de Renault, a ese aprendizaje habría que sumar el uso de una plataforma eléctrica dedicada «que es un 20% más eficiente y barata que una multienergía". Y aquí puso un ejemplo: en lugar de usar una batería de 100 kWh, pueden recurrir a una de 80, lo que se traduce en un ahorro de 4.000 euros para el cliente. "Además, es la única para coches pequeños que existe hoy en Europa y será así durante al menos dos años».

Coches eléctricos pequeños

Añadiendo la producción de ese coche en un país como Eslovenia, el resultado es un automóvil que «costará menos de 20.000 euros» y de pequeño tamaño. Es decir, el tipo de vehículo que no ofrecen los chinos, el más lógico para las ciudades y el que «permitiría a Francia o España recuperar protagonismo en la industria europea».

Porque, según De Meo, han sido «los alemanes quienes han marcado la reglamentación» orientando la producción hacia vehículos cada vez más tecnológicos, pesados y caros «que la gente no puede comprar».

Multas a la industria

De hecho, el también presidente de Acea admite que el precio es lo único que se le puede reprochar a los eléctricos. «Pero esta tecnología tiene apenas una década de desarrollo, por los 150 años del motor de combustión. Y nadie pidió a Steve Jobs en 2007 que vendiese el iPhone al precio de un Nokia» se defiende.

Por el contrario, considera que la UE será «injusta» si no retrase dos años las exigencias de CO2 para 2025, que se pueden traducir «en unas multas de entre 15.000 y 20.000 millones de euros» al sector. Sobre todo, porque el mercado de coches eléctricos está a la mitad de lo que debería para alcanzar esos objetivos. «Y al ritmo que vamos, tampoco cumpliremos con la nueva reducción del CO2 hasta los 50 gramos en 2030».

Al contrario, lo que la gente pide son automóviles híbridos, que han conseguido implantar en una sola generación a costa de las versiones diésel. Hoy, Renault es el segundo grupo que más híbridos vende en Europa y son justo los automóviles que fabrica en España y que ahora «me reclaman en Francia». Por eso, el directivo se molesta cuando se le pregunta sobre futuros proyectos eléctricos en nuestro país para los que, por cierto, ya han pedido y se les han concedido ayudas públicas.

Tavares, CEO de Stellantis, durante su visita al Mondial de L'Auto
Tavares, CEO de Stellantis, durante su visita al Mondial de L'AutoF. CEREZO

Stellantis no piensa igual

En este sentido, Carlos Tavares lo tiene mucho más fácil en cuanto a los dos megaproyectos que prevé asignar a nuestro país: una gigafactoria de baterías y una nueva generación de vehículos eléctricos pequeños, con una inversión conjunta de 4.000 millones de euros. Stellantis, que valora positivamente su relación con el Gobierno de Pedro Sánchez, ya ha logrado para ellos 300 millones de los planes PERTE que exigía y, como adelantó este periódico, solo están pendientes del visto bueno de las autoridades chinas, ya que en la fábrica de baterías participa al 50% la china CATL. Así lo reconoció el propio Tavares en el Salón de París.

En este sentido, las aguas bajan revueltas por la propuesta de aranceles a los eléctricos chinos. Además, el ejecutivo cree que el remedio puede ser peor que la enfermedad, ya que, si esos constructores se lanzan a producir en Europa para evitar las tasas adicionales, aumentará el exceso de capacidad instalada y «habrá que cerrar factorías ya existentes» en el Viejo Continente.

Asimismo, cuestiona la petición de Acea de retrasar los objetivos de CO2 para el próximo año. «Por eso nos salimos de ella, para hablar libremente» argumenta. «Las normas eran conocidas desde hace años, queremos que sean estables y hemos trabajado para poder cumplirlas en 2025. No sé qué han hecho el resto, pero ahí está el cambio climático. Y, en este punto concreto, nosotros queremos estar en el lado correcto».